Para planificar tu legado debes tener en cuenta aspectos legales, pero también emocionales. Aquí te indicamos cuáles son las más importantes en ambos casos.
Cómo puedes planificar tu legado: las consideraciones legales
Indíce
Para planificar tu legado lo primero que debes tener es tiempo, y eso es muy importante. ¿El motivo? Que se tiene que dejar por escrito y hacer constar en tu testamento, según establece el Código Civil. Recuerda que, si no queda registrado, no es posible dejar ningún legado a nadie. Básicamente, consiste en legar un bien concreto a una persona o entidad. Legalmente, tienes que considerar las siguientes cuestiones:
1. Porcentaje que puede suponer un legado sobre el caudal hereditario
El primer elemento que hay que señalar es el porcentaje que puede suponer un legado sobre el caudal hereditario. Y hemos de decir que el legado puede formar parte de cualquiera de los tercios (mejora, libre disposición o legítima). Lo único que tienes que asegurar es que se cumplen las condiciones de que la masa hereditaria se distribuya ajustada a derecho.
A la hora de calcular el porcentaje, nos tenemos que ir a dos fuentes de derecho. El Código Civil y el Derecho Foral (en Aragón, Cataluña, Galicia, Islas Baleares, Navarra y País Vasco) son los documentos de referencia, siendo el segundo prioritario allí donde es vigente. Y, en algunos territorios, la distribución de los tercios puede variar.
2. Qué bienes o dinero quieres dejar como legado
La segunda condición es que has de tener muy claro qué bienes o dinero debes dejar como legado. No en vano, este se adjudicará justo antes de repartir el resto del caudal hereditario, si se trata de un heredero forzoso. Cuanto más concreto seas, para evitar así errores de interpretación, mejor; de esta forma, minimizarás las posibilidades de impugnación del testamento.
3. La designación de un albacea (si es necesario)
Es posible que el legado lo reciba una persona menor de edad o que esté incapacitada. En ese caso, es necesario contar con un albacea para que se cumplan las disposiciones del testamento, y lo ideal es que lo nombres en vida por lo que pueda pasar. De esta forma, podrá, incluso, administrar el capital o el bien para que este se entregue en buenas condiciones.
Ten claro lo siguiente: el albacea ha de ser una persona de la máxima confianza, porque tendrá poder de toma de decisiones. Por lo tanto, tómate tu tiempo para saber cuál es la persona adecuada y asegurarte de que aceptará.
4. Personas o entidades que recibirán el legado
La elección de las personas o entidades que recibirán el legado tiene relevancia en el ámbito legal, y mucha. Por ejemplo, si la persona es un heredero forzoso, podría constar en cualquiera de los tercios de la herencia. No obstante, cuando el legatario es una entidad, empresa u ONG, las opciones son el tercio de libre disposición o constar como heredero universal si no existen otros herederos.
Aquí es especialmente interesante contar con asesoría especializada. Sobre todo, para comprobar si hay incompatibilidades o si el legado excede los límites del caudal hereditario que hay que distribuir. Por eso decimos, siempre, que conviene dejar esto bien definido y claro.
5. Planificar tu legado eligiendo la figura de legado adecuada
Existen varias figuras de legado y te recomendamos encarecidamente que elijas la adecuada y, sobre todo, la que genere menos problemas al legatario; los legados pueden ser de cosa propia, ajena, cosa gravada, de crédito y alternativo. La idea, en definitiva, es que puedas adaptar el legado a lo que realmente quieres dejar.
Por ejemplo, si tu idea es legar una joya de una colección, probablemente te interese el legado alternativo. Si quieres dejar una vivienda o un terreno sin cargas, sin duda alguna la mejor opción es el legado de cosa propia. Todo esto está regulado en el Código Civil.
Cómo planificar tu legado: las consideraciones emocionales
Las consideraciones emocionales que debes valorar, a la hora de planificar tu legado, son esenciales. Al final, si decides dejar un legado es por algo en concreto. Aunque los motivos son varios, y plenamente subjetivos, sí que podemos sugerir algunos:
Qué persona o entidad te ha apoyado más
Los tercios de mejora y libre disposición en las sucesiones están pensados para premiar al o a los hijos que hayan colaborado más en casa con sus progenitores. Ahora bien, el legado también sirve para premiar a personas o entidades que, de otra manera, no tendrían derecho a la herencia, porque puedes utilizar el tercio de libre disposición para ello.
Si quieres hacer un acto de justicia con el reparto de la herencia, hacer un legado a un hijo, familiar, persona o entidad es una forma. Y, en este sentido, tienes que saber que gozas de un cierto margen de maniobra.
¿Cuál es el valor sentimental de los bienes para la persona que va a recibir el legado?
El valor sentimental de los bienes es otro de los motivos que te puede empujar a hacer un legado. Por ejemplo, quizás tienes unos objetos personales, un archivo personal o libros que quieres que tenga un heredero en concreto o una institución porque tienen un valor sentimental. Pues bien, gracias a la figura del legado, te asegurarás de que estos bienes lleguen a esa persona en concreto.
¿Cuáles son las necesidades de la persona que va a recibir el legado?
Las necesidades de quien va a recibir el legado son, también, una parte importante. Por ejemplo, quizás quieras que tu domicilio familiar lo tenga la persona que vive contigo o que te cuida; pues bien, la manera de garantizar eso es dejando el legado, porque ahí se define claramente quién quieres que lo tenga. En ocasiones, estas situaciones se pueden planificar con la suficiente antelación, así que es bueno tenerlas en cuenta.
En resumen…
Planificar un legado requiere de conocimientos y, muchas veces, de asesoramiento. ¿Necesitas ayuda para hacer testamento y quieres que no te salga por un ojo de la cara? ¡No te preocupes! En Testamenta contamos con un servicio integral profesional compuesto por gestores, notarios y abogados con el que harás todos los trámites por a un precio razonable. ¡Contáctanos sin compromiso!