¿Qué sucede si fallezco sin haber hecho testamento?

Fallecer sin hacer testamento no elimina el derecho de sucesión para los herederos, pero sí restringe las condiciones. Te explicamos qué sucede y sus consecuencias.

El proceso sucesorio al fallecer sin hacer testamento

Cuando una persona fallece y no ha hecho testamento, el proceso sucesorio se tiene que abrir a petición de parte. O, dicho de otra manera, son los herederos los que tienen que solicitar la sucesión intestada. Este supuesto está recogido en el Código Civil.

Hay que señalar que el reparto se hará conforme a lo que se establece el propio Código Civil o, en su defecto, en el Derecho Foral de determinados territorios, donde es prioritario (Aragón, Euskadi, Cataluña, Galicia, Islas Baleares y Navarra). En cualquier caso, los hijos y los nietos siempre tendrán prioridad. Solo a partir de ahí, y cuando el cónyuge no tenga derechos, pasaríamos a padres y abuelos, después hermanos, sobrinos, primos y, a falta de nadie más, el Estado.

Para abrir el proceso de sucesión se tiene que hacer una declaración de herederos, que es un acta notarial que cumple con las funciones del testamento y que sirve para adjudicar la herencia. Eso sí, es imprescindible que se incluyan los siguientes documentos:

1. Certificado de defunción: que dará fe del fallecimiento de la persona acerca de la que se va a reclamar la herencia.
2. Certificado de Últimas Voluntades: este documento es imprescindible, porque certifica que el fallecido no otorgó testamento.
3. Libro de Familia: esto servirá para identificar a los herederos forzosos, tanto hijos y nietos como cónyuge.

Una vez que se firme la declaración, y si no hay problemas, a los 20 días hábiles ya se podría acceder a la adjudicación de los bienes, porque el notario extenderá Escritura pública.

Finalmente, hay que decir que este documento no excluye la posibilidad de que familiares directos que tengan la categoría de herederos forzosos reclamen, como es el caso de los hijos no reconocidos. De hecho, tendrán un plazo de 30 años para hacerlo si no han sido mencionados.

Desventajas de no hacer testamento

Fallecer sin hacer testamento tiene varias desventajas, tanto para ti antes como para los herederos después. Podemos destacar los siguientes problemas, para que te lo pienses dos veces:

1. No podrás asignar un reparto de los bienes a tu gusto

El primer inconveniente es que no tienes la posibilidad de priorizar entre tus herederos, o de nombrar nuevos herederos a través del tercio de libre disposición. Y, en definitiva, no podrás incluir las disposiciones que desees. No en vano, el reparto se ajustará estrictamente a lo que establezca la legislación marco.

¿Qué sucede? Que es altamente probable que personas que tú no lo quieres hereden más de lo que consideras justo o, directamente, que parientes con los que no tienes contacto lo hagan. Incluso, pierdes la posibilidad de desheredar a un hijo que no cumpla con unas obligaciones mínimas. Las historias de herencias de parientes lejanos a los que nunca hemos conocido existen, o en las que el Estado se apropia de una fortuna por falta de herederos conocidos.

En definitiva, si tienes una idea prefijada de lo que debería ser justo, hacer testamento es necesario. Recuerda que lo podrás cambiar todas las veces que quieras, así que no es un documento definitivo a corto plazo.

2. Los trámites para adjudicar la herencia serán más largos

El segundo problema es que los trámites suelen ser más largos. Primera, porque los herederos tienen que estar perfectamente localizables. Y, en segundo lugar, porque la declaración de herederos, al cumplir con la función de un testamento, requiere de unos plazos mínimos. Veamos:

Tienen que pasar, como mínimo, 15 días desde el fallecimiento para solicitar el Certificado de Últimas Voluntades y esperar a que lo remita el Ministerio de Justicia. Posteriormente, y desde que se firma la declaración de herederos con toda la documentación, tienen que pasar 20 días hábiles más (un mes). Y, finalmente, se tendría que hacer una Escritura de adjudicación de los bienes de cada heredero. Es indudable que estamos con plazos más largos que los de una sucesión testada.

Todo esto, sin contar con la liquidación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. En la práctica, esto supone que una herencia sin muchas complicaciones se dilatará, como mínimo, un mes más que si está testada. Y recordemos que, para liquidar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, hay un máximo de 6 meses. Es perfectamente posible que los plazos se echen encima y que haya que pedir prórrogas a los organismos tributarios.

3. Fallecer sin hacer testamento implica un reparto más costoso

Finalmente, el reparto de la herencia es más costoso porque hay que hacer más trámites. Al fin y al cabo, la declaración de herederos implica hacer algo parecido a un nuevo testamento, y esto supone una cantidad adicional con respecto a lo habitual. A eso, debemos añadir la dificultad, a veces, de localizar a herederos forzosos si viven fuera del país.

Hacer testamento, la mejor solución para evitar problemas a tus herederos

Quieres que, cuando fallezcas, tus herederos no se encuentren con problemas de interpretación? Hacer testamento es la solución. Además, así dejarás clara tu voluntad y podrás «premiar» a aquellas personas que lo merezcan.

Tradicionalmente, algunas personas piensan en fallecer sin hacer testamento porque les produce impresión ese paso. Sin embargo, no se debe ver como una condena, sino, simplemente, como una forma de dejar todo ordenado. Si quieres a una persona y le deseas que le vaya bien, ¿qué mejor que dejarle todo ordenado para que tenga menos problemas?

Otra objeción que se hacía tradicionalmente es que se trataba de un trámite engorroso y caro. Nada más lejos de la realidad: hoy, gracias a las nuevas tecnologías, se ha simplificado mucho, tienes que moverte poco y pagar menos. No existen excusas económicas o de tiempo para no hacer testamento.

En resumen…

Fallecer sin hacer testamento es un inconveniente y, afortunadamente, hoy es posible dejarlo todo listo sin gastar mucho. En Testamenta ofrecemos un servicio integral de asesoramiento para la redacción. Contamos con un equipo de abogados, gestores y notarios que harán que el proceso sea rápido y económico. ¡Contáctanos, déjalo todo listo para los tuyos y despreocúpate!