No hay duda en que los hijos -si se tienen- son los máximos herederos en el caso de fallecimiento. Tanto si hay testamento como si no. Pero, ¿qué ocurre con el padre o madre que sobrevive? Esta persona goza de los mismos derechos tanto en matrimonio como en divorcio. Que son limitados, aunque con matices.
El asunto más espinoso es el de las herencias cuando ha habido un divorcio. Pongamos el ejemplo de un padre que se divorció de la madre de sus hijos, aún menores de edad, y fallece dejando sus bienes en herencia a ellos. Es muy posible que la mujer acabe con poderes ante esa herencia, se desee o no.
La herencia es de los hijos, pero no pueden hacer uso de ella mientras sean menores de edad. Se encargará de su gestión quien posea la custodia, que siempre recae primero en el padre o madre que sobrevive. En el caso que tratamos, en la pareja de la que se divorció el que deja su herencia.
Hijos menores de edad ante el testamento
Sólo el padre o madre divorciado pueden acceder a la herencia del testador en caso de que alguno de los hijos o todos sean menores de edad. Si hay dos hijos y uno es mayor de edad, la pareja divorciada -como progenitora y administradora- podrá controlar la mitad de la herencia que corresponde al menor. O el porcentaje que le toque.
Asume poderes ante la herencia de su hijo o hijos no como ex pareja del testador, ni tampoco como madre, sino como administradora a cargo del patrimonio del menor o menores. Eso significa que puede hacer uso e incluso disfrute de todos los bienes.
El caso más evidente es el del dinero en efectivo. De la misma forma en que podría guardarlo para cuando los hijos fuesen mayores de edad, puede declarar que necesita usarlo en gastos necesarios del cuidado de ellos. Sin especificar mucho y pudiendo gastarlo todo.
Luego, están los bienes patrimoniales. El más importante es una vivienda a cargo de los menores. Si el padre o madre que se divorció del testador desea poner en alquiler esa casa, no sólo podrá hacerlo, sino que gestionará los ingresos. Incluso puede irse a vivir allí, con la excusa de que los hijos lo necesitan para estar más cómodos con ella.
No sólo eso. Podrá vender esa vivienda, que es herencia de los hijos, con la excusa de necesitar ese dinero para su manutención. El trámite judicial es sencillo y casi siempre es concedido. Lo mismo con coches u otros bienes.
¿Cuál sería la conclusión extrema de esta situación? Básicamente, que la herencia dejada por un padre o una madre a sus hijos sea gastada por una ex pareja con la que no tenía nada en el momento de fallecer. Y que los niños no tengan nada cuando sean mayores de edad.
¿Cómo evitar que el testamento no caiga en manos del divorciado?
Desde luego, si los padres están divorciados y no se hace testamento, el ex cónyuge que sobreviva se quedará con la custodia de los hijos menores, y de por supuesto su administración. Así que lo primero es realizar un testamento.
A partir de aquí, lo básico es designar a un administrador de los bienes del menor o menores. Puede ser alguien de la familia o no, si bien resulta más sencillo si es un familiar. Si alguno de los hijos es mayor de edad, puede ser quien se encargue de administrar la herencia de los menores.
¿Qué poder tendrá entonces el divorciado? Nada. El dinero lo decidirá el administrador, por lo que ofrecerá a la madre o padre que sobreviva lo que estime correspondiente, ya que el divorciado tendrá la tutela, pero no administrará el patrimonio. En el caso de bienes inmuebles como una casa, lo mismo. Se decidirá si se alquila y qué se hace con las rentas que genere en base a las decisiones del administrador. Únicamente.
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