Ephraim Lópes Pereira nacido en Viena y muerto en Londres a los 63 años, era el segundo de una baronía creada por el Sacro Imperio Romano: la d’Aguilar.
De su matrimonio obtuvo la suma de 150.000 libras y dos hijas legítimas, pero su mujer Sarah, falleció seis años después de la boda. Su único hijo varón lo tuvo fuera del matrimonio.
Al morir su padre y leerse el testamento, se encontró dueño de una gran fortuna y del título nobiliario, por lo que se dedicó a vivir a lo grande, rodeado de sirvientes y de todo tipo de lujos.
Al parecer, aunque no estaba en el testamento, también heredó de su progenitor la racanería y cuando durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, perdió una enorme finca, se transformó en un avaro y un excéntrico.
El establecimiento donde vivía llegó a ser conocido como la “Granja del hambre” a causa de la desnutrición del ganado que allí se criaba.
Al morir, dejó en su testamento la suma de 200.000 libras y la propiedad donde pasó sus últimos años, a repartir entre sus dos hijas.
Lo que no aclaró en dicho testamento fue el lugar exacto donde él mismo había escondido su dinero. Solamente decía que estaba en la casa y que si sus hijas lo querían, debían encontrarlo.
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