Según el Código Civil Español, hay tres tipos de testamentos básicos que pueden distinguirse: abierto notarial, cerrado notarial y ológrafo. Cada uno de ellos posee sus ventajas pero también sus inconvenientes y es importante saber cuáles son.
Testamento ológrafo
Una de las ventajas de realizar testamento ológrafo, es la sencillez que posee, dado que no precisa de formatos especiales ni siquiera de un funcionario público mientras se realiza. Por otro lado, el testamento no tiene por qué darse a conocer, puesto que la privacidad es fundamental.
No obstante, el inconveniente de este tipo de testamento es que puede distraerse, perderse o destruirse fácilmente, como así también quedar sin efecto legalmente, ya que el contenido del mismo no fue redactado por un asesor jurídico ni enjuiciado.
Testamento cerrado
Una de las ventajas del testamento cerrado es que el contenido del mismo solamente es conocido por el testador y no por los testigos ni por el Notario, lo cual implicaría un grado superior de respeto a la privacidad de quien testee.
Sin embargo, el inconveniente que posee es el mismo que el del ológrafo, debido que se puede destruir de manera accidental y adolecer de ciertas ilegalidades por no haberse redactado por un especialista en el tema.
Testamento abierto
Esta forma es la más recomendable y la que más se utiliza, ya que interviene un Notario que garantiza la legalidad del testamento y se incorpora en un archivo denominado Protocolo, el cual garantiza su conservación. Cómo inconveniente se podría decir que los testigos y el Notario conocerán el contenido.
