La herencia se convierte, en algunas ocasiones, en motivo de conflicto para muchas familias. Hacer un testamento es un trámite rápido y que no cuesta mucho dinero. Por tanto, decidir cómo y a quién vamos a dejar nuestros bienes, antes de morir, es una tarea fácil y que puede evitar disgustos futuros a nuestros herederos.
Un testamento es un documento en el que una persona, a quien se denomina testador, manifiesta a quien quiere dejar sus bienes, una vez que haya fallecido, es decir, designa a los herederos o legatarios. Al realizar testamento, además de los bienes patrimoniales, se pueden incluir otro tipo de cuestiones de carácter no patrimonial, como por ejemplo reconocer un hijo.
A la hora de hacer un testamento tenemos que tener claro que, todas las voluntades de las que hemos dejado constancia en el documento, serán válidas una vez hayamos fallecido. Realizar un testamento es un acto mortis causa, es decir, que nunca puede tener efecto en vida del testador.
Testamento notarial
Para hacer un testamento simplemente hay que cumplir con algunos requisitos. Todas aquellas personas mayores de 14 años y que esté en uso de sus facultades mentales pueden, en principio, elaborar este documento. Lo más habitual es realizar un testamento notarial, un trámite que no requiere mayores complicaciones y que, gracias a las nuevas tecnologías, ya se puede realizar online.
Si alguien fallece y no tiene ningún testamento escrito, se abre la sucesión intestada, es decir, se inicia un proceso en el que los herederos de la persona fallecida son aquellos que determina la Ley, con arreglo al orden sucesorio estipulado por la normativa.
Hacer un testamento notarial ahora, puede evitar complicaciones futuras. Por tanto, es muy aconsejable realizar este trámite, independientemente del patrimonio que se posea. Los servicios online como Testamenta ofrecen una alternativa cómoda, segura y sencilla de elaborar este tipo de documento estés donde estés.
