Un ciudadano de origen inglés, Jhon Harris de 80 años de edad en el momento de hacer su testamento y últimas voluntades, decidió dejar la herencia de 200.000 dólares a la mujer que le provocara la muerte en medio del acto sexual.
Al parecer el hombre vivía en Inglaterra, un ser muy tímido, introvertido, siempre dedicado a su trabajo en solitario de relojero, no tenía vida social ni muchos amigos, mucho menos una pareja.
Al vivir de ese modo casi recluído, sin hijos, la única compañía afectiva es la de su perro, nunca tuvo la oportunidad de entablar una relación afectiva ni de ningún tipo con una mujer. Hace poco tiempo le diagnosticaron una rara enfermedad en la sangre y lamentablemente no fueron buenas las perspectivas de seguir viviendo.
Qué hacer cuando no tienes a nadie
Jhon tomó la decisión de realizar el testamento en vida ya que no sabe exactamente cuanto tiempo más va a vivir. Al tener esa edad pensó que era buena idea morir de esa manera, de repente adelantando el acontecimiento, pero sin importarle la muerte en esas condiciones.
Porque sería una experiencia, la última, decidió vivirla intensamente aunque fuera solo ese momento, moriría feliz, con un poco de emoción que nunca llego a concretar en sus años de juventud.
La mujer que se queda con esa herencia en parte es afortunada por ayudar a una persona al realizar su testamento y últimas voluntades, y poder llevar un poco de afecto, de contacto con otro ser humano en sus momentos finales.
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Fuente de foto: tuherenciaonline.com
