Es una historia insólita del señor Luis Carlos de Noronha Cabral da Camara que trece años antes de su muerte decide hacer un testamento en vida, legando sus bienes a 70 personas elegidas al azar.
Era un hombre que pertenecía a la aristocracia portuguesa, soltero, sin hijos, vivía en Lisboa. Fallece a los 42 años de edad de muerte natural. Sus vecinos contaron que era un hombre solitario, se dedicaba a vender sus bienes, ya que pertenecía a una familia adinerada, le gustaba escuchar música y leer.
Mucho tiempo antes de su muerte quiso divertirse y decide hacer un testamento en vida, en un juzgado municipal tomando la guía telefónica y eligiendo a 70 personas para dejar su herencia. La notaria que registró el caso le hizo algunas preguntas para corroborar su estado mental, ya que pensaban que no se encontraba apto, por lo insólito de su decisión, pero se dio cuenta que se encontraba perfectamente lúcido y esa era su voluntad.
Las personas a las que se les notificaba pensaban que era una broma de mal gusto o que querían estafarlos, ya que el nombre les resultaba totalmente desconocido. La Herencia consistía en un piso de 12 habitaciones en Lisboa, una propiedad en Guimaraes y un vehículo valuado en 25.000 euros serían repartidos entre todos los seleccionados. Un amigo del fallecido cuenta que el quería divertirse, por lo que decidió hacer un testamento en vida, ya que era muy bromista, en cuestiones de dinero, y vivía muy tranquilo hasta el año 2007, que fallece.
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