Elizabeth Taylor, afamada actriz, incansable activista social y conocida coleccionista de joyas, nacida en Inglaterra y naturalizada estadounidense, falleció el 23 de marzo de 2011 en Los Ángeles a los 79 años de edad a causa de complicaciones de una afección cardíaca que padecía desde tiempo atrás.
Al hacer testamento repartió su enorme fortuna entre sus cuatro hijos y dejó numerosos legados a diversas asociaciones que combatían el Sida y dejó órdenes expresas que sus joyas fueran vendidas y el monto de la subasta se destinara a la Fundación que lleva su nombre.
Entre sus numerosas joyas destaca la presencia de una perla única en el mundo llamada “La Peregrina” cuyos orígenes se remontan aproximadamente al año 1500 y pertenecía a la corona española. En el cuadro de Felipe III pintado por Velázquez, se ve dicha perla adornando el sombrero del monarca.
Se sabe que José Bonaparte se la regaló a su esposa cuando asumió el trono español y cuando su hermano fue derrotado, se la llevó consigo a Estados Unidos. Al otorgar testamento se la dejó al futuro Napoleón III. A partir de ese momento se le pierde el rastro a la famosa perla.
Volvió a aparecer en el mercado a mediados del siglo XX. La Casa Real Española intentó adquirirla en la subasta, pero la oferta de Richard Burton fue mayor y «La Peregrina» fue a parar a manos de su esposa la diva de los ojos violeta que le pidió a Cartier que hiciera un engarce especial con diamantes y rubíes.
Se vendió nuevamente en subasta pública alcanzando un precio de 9 millones de euros, pero no se dio a conocer el nombre de su comprador y ha vuelto a desaparecer. La Casa Real Española tiene una perla similar que ha lucido la reina Sofía en varias ocasiones.
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Foto gentileza de: vanitatis