Hace mucho tiempo leí que antiguamente al hacer testamento se legaba una determinada cantidad de dinero que se destinaba a repartir entre los pobres y esto me quedó grabado porque es lo que me gustaría hacer con lo que poseo.
Según recuerdo, Shakespeare dejó una determinada suma de dinero que debía entregarse a los habitantes de un determinado barrio de Londres muy pobre y como era costumbre hacerlo, seguro habría algún tipo de método previamente establecido para que el reparto fuera justo y equitativo.
Como soy una persona muy incrédula y desconfiada, he procedido a vender todas mis propiedades en vida e irme a vivir a un residencial, donde me atiendan bien, se ocupen de mi salud y si me pasa algo, cuiden de mi recuperación. Soy viudo y no tengo hijos ni parientes cercanos, salvo unos sobrinos segundos que no saben ni que existo.
Con el dinero que he recaudado decidí otorgar testamento y dejárselo a alguien que yo sepa que está realmente dispuesto a hacer buenas obras con él, para lo que decidí estudiar mi entorno y finalmente descubrí a la persona idónea para ello.
Es una mujer muy generosa, que se ocupa tanto de los amigos como de los enemigos, siempre atenta a que los que la rodean se sientan cómodos y protegidos. Estoy seguro que primero se llevará una sorpresa y luego hará cosas muy buenas con lo que yo le deje.
Quiero agradecer a Testamenta por su paciencia al asesorarme en el momento de hacer testamento y porque es cierto que no hay que moverse del hogar para redactarlo y es un trámite necesario y económico.
Foto gentileza de: aragondigital