En 1859, Charles Darwin publicó la obra Sobre el origen de las especies. En ella propuso una explicación revolucionaria para la época, en donde hablaba sobre la enorme variedad de formas de organismos vivos. Si quieres saber cómo llegó a la teoría de la evolución Darwin, en Testamenta.es te lo explicamos detalladamente.
Según la teoría de Charles Darwin, todas las especies vivientes están relacionadas entre sí y descienden, mediante sucesivas modificaciones, de antepasados comunes que vivieron en tiempos más o menos remotos.
Conoce cómo llegó a la teoría de la evolución Darwin
Indíce
A continuación, te mostraremos cómo fue que Charles Darwin pudo llegar a la teoría de la evolución; dentro de su obra Sobre el origen de las especies:
El encuentro de dos genios
El 1 de julio de 1858 hubo un encuentro en una sociedad científica de Londres que marcó una época, y en el que participaron dos brillantes estudiosos que estaban ausentes en esa ocasión: Uno era Darwin, el otro era Alfred Russell Wallace.
Dos científicos que tenían vidas muy diferentes y que de forma independiente llegaron a la misma visión de la naturaleza. El resultado de ese encuentro fue fundamental para la ciencia.
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Selección natural
Después del largo viaje alrededor del mundo, el naturalista inglés Charles Darwin desarrolló durante décadas su idea que explicaba cómo las especies de animales y plantas cambian con el tiempo.
Lo que él llamó selección natural, explicaba cómo dentro de una población no todos los individuos se reproducían con la misma eficacia, porque el ambiente actuaba como un «filtro» para aquellos menos aptos.
En el mundo de la ciencia, la idea de que las especies cambiaban con el tiempo ya estaba presente, desde obras escritas por el naturalista francés Lamarck, y un libro del propio abuelo de Darwin, Erasmus, hasta las observaciones de los criadores de mascotas, que «cambiaron» las especies domesticadas según su voluntad y conveniencia.
Vida en la Tierra
La idea de Darwin iba en contra de la concepción difundida en ese momento entre los no eruditos, especialmente el clero, de que las especies vivientes eran relativamente inmutables porque así fueron creadas miles o decenas de miles de años antes por un Ser Supremo.
A diferencia de las propuestas anteriores, Darwin combinó la idea de cambio con la idea de un mecanismo completamente natural que explicaba lo que había sucedido con las formas de vida en la Tierra.
Al darse cuenta de que su hipótesis podría alterar el mundo de la cultura y las personas religiosas (así como a su esposa, su prima Emma Darwin, una mujer que también fue extremadamente inteligente), Darwin esperó más de veinte años para escribir un libro que particularizara sus pensamientos.
En 1858, sin embargo, recibió de otro naturalista inglés, Alfred Russel Wallace; una carta con los pensamientos que había desarrollado durante años de exploración e investigación en todo el mundo, desde Sudamérica hasta el sudeste asiático. El artículo, titulado “Sobre la tendencia de las variedades a apartarse indefinidamente del tipo original” era casi un resumen de la hipótesis de selección natural de Darwin.
Momento de darse prisa
Preocupado por la coincidencia y la posibilidad de que Wallace difundiera sus ideas, Darwin envió el documento al geólogo escocés Sir Charles Lyell (a pedido de Wallace) y también informó a un íntimo amigo suyo, el botánico Joseph Dalton Hooker.
Para tratar de darles crédito a ambos por el descubrimiento, a pesar de que Darwin lo había sabido años antes, Lyell y Hooker organizaron una presentación conjunta de ambos documentos en la Linnean Society de Londres. Todo sucedió precisamente el 1 de julio de 1858.
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Origen de la especie
Darwin, animado por la carta de Wallace y sus amigos, publicó el año siguiente lo que consideró un extenso resumen de sus ideas, que tituló Sobre el origen de las especies. El libro en sí es considerado uno de los aportes más importantes del pensamiento occidental al conocimiento de la naturaleza; y sin duda el más fundamental para la explicación de la historia y dinámica de la vida en la Tierra.
Teoría de la evolución por selección natural
La explicación de la evolución de Darwin-Wallace, conocida como la teoría de la evolución por selección natural, se puede resumir de la siguiente manera:
- Existe una gran variabilidad genética entre individuos de la misma especie (que se manifiesta en pequeñas diferencias de caracteres; como constitución, altura, pigmentación de la piel, color de ojos, etc.)
- Las variaciones individuales deben ser heredables, porque los hijos son similares a los padres.
- Todos los organismos tienden a multiplicarse, pero el medio ambiente no permite el crecimiento indiscriminado, por lo que el tamaño de una población se ve frenado por la mortalidad (selección natural)
- Los individuos que han logrado una mejor adaptación al medio en el que viven y que; por tanto, se ven favorecidos en la lucha por la existencia, sobreviven y se reproducen con mayor facilidad.
- Con estos mecanismos, las especies evolucionan con el tiempo, dando lugar a nuevas especies.
La teoría de la evolución tiene el mérito de haber subrayado que los nuevos personajes se originan independientemente del entorno (es decir, no es el entorno el que crea nuevos personajes, como argumentó Lamarck); sino que, una vez que han aparecido, se seleccionan del medio ambiente. Por lo tanto, la evolución está dirigida por la selección natural, pero se produce al azar.
Esta teoría tuvo un gran impacto en el pensamiento del siglo XIX y, en particular, en la biología, de la que sigue siendo hoy una de las teorías unificadoras; porque permite explicar y organizar lógicamente todo el conocimiento de las diversas disciplinas.
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