Cuando una persona decide hacer testamento hay que tener en cuenta que existen varias posibilidades entre las que elegir a la hora de elaborarlo. Es un trámite sencillo y cómodo si se hace en vida. Para hacer un testamento lo primero hay que determinar qué tipo de documento se va a otorgar.
La mayoría de las personas optan por el testamento común, que a la vez puede ser ológrafo o abierto. Realizar un testamento ológrafo es fácil. Tan sólo se requiere ser mayor de edad y que la persona que lo otorga lo escriba de su puño y letra. Para hacer un testamento así, no se exige ningún papel especial, basta con un simple folio.
Ventajas del testamento común
Aunque hacer un testamento de estas características es más barato también tiene inconvenientes, ya que los trámites que han de realizar los herederos para darle validez son bastante costosos.
El otro tipo de documento común es el abierto, una modalidad por la que optan la mayoría de los ciudadanos. Para hacer un testamento de este tipo, es obligatorio que la persona que lo otorga acuda a un notario para notificarle cómo ha decidido repartir sus bienes.
Este tipo de documento es el que ofrece más ventajas ya que el notario siempre va a clarificar nuestras dudas y asegura la conservación del testamento. Es un trámite fácil y económico que, en la actualidad, puede solicitarse de manera online, gracias a los servicios de entidades como Testamenta.
