No te olvides de tu mascota cuando redactes tu testamento

El perro es el mejor amigo del hombre. Una frase que sin duda suena a tópico, pero como todo tópico, tiene buena parte de realidad. Y lo que es innegable es que un animal puede ser una parte importantísima en una familia. A veces, la única familia verdadera que le queda a alguna persona.

Por eso, si nos preocupamos de las personas que dependen de nosotros en caso de que un día no estemos ahí, ¿acaso no deberíamos hacer lo mismo por esos animales que comparten alegrías y sus vidas con nosotros? No es salirse de la frase clásica del que “él nunca lo haría”. Sino encargarnos de que nuestras mascotas -y qué mal suena siempre esa expresión- tengan garantizada la subsistencia si no estamos.

Así que, si tienes un animal que lo da todo por ti, devuélvele todo ese amor en caso de que mañana no estés. Búscale un hogar.

Si bien la legislación española no es la más adecuada para que nuestro perro, gato u otro animal de compañía pueda heredar nuestros bienes, sí que existen mecanismos para que no sufran cuando nos vayamos. Más allá de la añoranza.

¿Es posible dejarle mi herencia a mi animal?

Esas historias que a veces salen en la prensa con titulares como “una millonaria deja toda su fortuna a su perrita” son, bueno, historias. Pero no una realidad en España. Si nos fijamos ante alguna de esas noticias, nunca ocurren en España.

¿Por qué? Básicamente, por una razón muy clara. En España no puede redactarse un testamento en el que algún heredero sea un animal. Es posible dejar nuestros bienes a hijos, cónyuge, amigos, asociaciones, organizaciones… pero no a una mascota.

Existe solución. Si bien el animal no puede heredar, sí que podemos hacer que sea condición sinequanon que a quien le dejemos nuestros bienes se encargue de nuestro, perro gato u otra mascota.

Así, suele incluirse a un familiar o amigo como responsable del animal hasta que muera. Existen tres fórmulas mayoritariamente:

• Dejar nuestra herencia bajo condición resolutoria. En este caso, quien reciba nuestros bienes -o parte- se convertiría en propietario de la herencia que le corresponda, pero perdería toda esa propiedad si incumpliera su obligación: cuidar de nuestro animal.

• Dejar nuestra herencia bajo condición suspensiva. Esta fórmula es más restrictiva y en ella se pone menos confianza en nuestro amigo o pariente. Ya que los bienes en herencia no se entregarían hasta que se demostrara el cumplimiento de la condición: haber cuidado al animal hasta su muerte.

• Dejar la mascota a alguien y a su vez una cantidad de dinero para que pueda cuidar del mismo y por las molestias.

Obviamente, todo ello deberá estar asesorado por un veterinario que designemos nosotros, o ante el Colegio de Veterinarios. Sobre todo en la segunda opción, evitando que alguien pueda provocar una muerte prematura de la mascota.

En caso de que no queramos dejar al animal a cargo de ningún familiar o amigo, podemos solicitar su cuidado a alguna protectora de animales. La sociedad en cuestión puede buscar un nuevo hogar al animal, o cuanto menos, cuidar de él en buenas condiciones.

Problemas al incluir a la mascota en el testamento

Desgraciadamente, también existen algunos inconvenientes. ¿El más problemático? El testamento no entrará en vigor, claro, hasta que fallezcamos. Eso significa que, en caso de incapacidad, no será reconocido hasta pasadas semanas de la defunción. Y eso teniendo en cuenta que no existan problemas legales.

Ante esta situación, lo que se requiere es obvio. Es vital hablar con aquellos que vayan a ser herederos y comunicarles nuestro deseo, que le den una vida digna a nuestras mascotas. Sobre todo, para que el animal no quede huérfano durante ese tiempo.

Quizás en el futuro podamos dejar alguna herencia a un animal, como ocurre en el Reino Unido. O, al menos, la opción de dejar un fondo económico para que al animal no le falte de nada. Eso, en países anglófonos, ya es posible.

En Testamenta contarás con la mejor asesoría profesional a la hora de realizar tu testamento para encontrar la mejor solución para tu mascota y quedarte tranquilo en caso de que tú no estés.