La Justicia anuló el testamento ológrafo, redactado por el testador por catalogarlo de “propuesta”. Estaba redactado como si fuera una carta, el testador quería otorgar su vivienda y herramientas de trabajo al municipio local luego de su muerte, para ser utilizado como pensión o museo de arte.
Los herederos forzosos apelaron la decisión porque consideraban que el testador expresó una idea en la carta, con el fin de reunirse y discutir el proyecto.
Los jueces remarcaron que en ese caso no se trataba de un testamento, sino de una propuesta de donación.
Señalaron que un testamento ológrafo para ser válido por la Justicia debe cumplir los siguientes requisitos:
1. Debe estar todo escrito a mano por el testador, fechado y firmado.
2. La falta de alguna de las formalidades anteriores lo anula.
3. Tiene que haber una firme voluntad de testar y quedar claro y definido.
4. Si hay algún texto escrito por otra mano será nulo.
5. Es un instrumento privado que se hace público una vez verificado por el escribano.
El acto de redactar el testamento es algo muy importante, no debe tomarse superficialmente, es algo para pensar y con un fuerte propósito de testar y debe tener una claridad en el texto.
El testamento lo invalidaron por no cumplir con los requisitos mencionados.
No todo acto escrito, datado y firmado debe ser reputado como un testamento ológrafo, declaró el juez.
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Foto cortesía de: batiburrillo.redliberal.com
