Cuando alguien decide realizar testamento, tiene libertad de disponer de sus bienes como mejor le parezca, siempre respetando las leyes que rigen en el ámbito de las herencias.
Mientras sea legal, no importa lo que opinen
Una señora residente en Canarias y sin herederos conocidos, en el momento de otorgar testamento, decidió hacer un testamento solidario al dividir su fortuna entre tres ONG´s dedicadas al cuidado y protección de animales.
La condesa Kemoore al hacer testamento no olvidó a su chimpancé Kalu, a quien rescató de una carretera y crió con el mayor cariño y le dejó la friolera de 60 millones de euros.
Winston Churchil fue un gran amante de los gatos. Llegó a tener hasta 14 mininos en su casa de Londres. Al realizar testamento el famoso político no se olvidó del último de sus gatos: su adorado Jock, a quien dejó dinero suficiente como para que no pasara necesidades.
Charles Millar falleció en 1928 sin herederos. Al hacer testamento dejó instrucciones de dar más de medio millón de dólares a la mujer que tuviera más hijos en Toronto en los siguientes 10 años. En 1938 la fortuna se repartió entre 4 mujeres que tuvieron 9 hijos cada una.
Cuando falleció su dueña, las perras de la raza collie Tina y Kate se beneficiaron con una mansión y un millón de dólares «per cápita» para que cada una pueda gastárselo en caprichos. Así lo había dispuesto al otorgar testamento Nora Hardwell.
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