Tenemos que tener en cuenta que hacer testamento siempre es muy importante, pero en el caso de no tener hijos es aún más. En el caso de no hacerlo todos los bienes tanto heredados de los padres como gananciales pasarían a manos de los padres del cónyuge, y podría darse una situación injusta.
Pueden darse casos muy dolorosos como ser si un matrimonio uno de los dos tiene un accidente y fallece en caso de no haber redactado testamento, la persona viva puede quedar sin nada y pasar todo a sobrinos u otros parientes que no hubieran sido los elegidos.
Lo más recomendable es hacer el: “testamento de uno para el otro”.
El testador lega al cónyuge viudo el usufructo universal.
Lo más común es que se otorguen dos testamentos, uno para cada esposo.
Aquí el que reciba la herencia puede usar y disfrutar de todos los bienes que componen la herencia, vivienda, cuentas corrientes, coche, etc.
Recordemos que como no hay hijos no hay que dividir nada de los bienes porque no hay herederos.
Desde el momento de la muerte del testador, el viudo percibe desde ese momento todos los frutos y rentas del caudal hereditario y sin conflictos con los herederos.
Por eso es recomendable hacer testamento en todos los casos, tanto si hay hijos, como si no los hay, siempre vamos a dejar todo de una manera pensada teniendo en cuenta que nosotros mismos decidimos en todo momento a manos de quien van a quedar nuestros bienes, para evitar todo tipo de problemas a futuro.
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