Don Emilio Botín Sanz de Sautuola García de los Ríos, Don Emilio, como así le llamaban muchos en su Cantabria natal, falleció el pasado 10 de septiembre. El próximo 1 de octubre cumpliría 81 años. Pero eso ya no será posible y lo que ahora queda de él, aparte de su recuerdo cada vez que se pronuncia el nombre del Banco con más sucursales en todo el mundo, nos ha dejado la incógnita de cómo otorgó testamento. De qué modo estableció que se repartiera ese legado entre sus herederos, legado para muchos de difícil cuantificación, que heredó de su padre y supo mantener y hacer crecer como nunca nadie hubiera imaginado.
El patrimonio conocido
Aparte de la Presidencia del Banco de Santander, considerado en el mundo de las finanzas como uno de los tres bancos más importantes del mundo, y la presidencia del Patronato de la Fundación Botín, entidad privada que cuenta con el mayor volumen de inversión de toda España, quedan multitud de dudas por despejar del testamento de este genio de las finanzas. Casi un año después, aún no ha trascendido con exactitud que pasará -o ha pasado ya- con los seis millones de acciones del Banco de Santander, con una finca llamada “El Castaño” que cuenta con un pequeño terreno de más de 4.600 Hectáreas en la provincia de Ciudad Real, con la colección de aviones privados, la ingente cantidad de vehículos, yates y barcos, con las propiedades de diferentes tipos y estilos salpicadas por todo el globo terrestre, los hoteles de lujo, además de un sencillo plan de pensiones por un valor aproximado de 26 millones de euros.
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Imagen cortesía de aztecanoticia.com
