Huguette Clark, una anciana millonaria al redactar su testamento de siete páginas, otorgó a Hadassah, su enfermera de 60 años, 34 millones de dólares y ni un centavo a ninguno de sus parientes. La señora Clark cuenta que su enfermera estuvo todo el tiempo con ella, se hicieron muy amigas y era una compañera muy leal.
Hadassah, oriunda de Filipinas y contratada por una agencia para atender a la millonaria señora internada en un hospital, desde ese día hasta su muerte, hace pocos meses a los 104 años. La enfermera estuvo noche y día a su lado, compartiendo todo, sus alegrías, sus recuerdos, su soledad.
La anciana no tenía hijos, ni sobrinos, solo parientes lejanos que nunca tuvieron un acercamiento a ella en el tiempo que estuvo internada y enferma. Ella dice textualmente “De manera intencionada no incluyo en mi última voluntad y testamento a ningún miembro de mi familia«.
Recordemos que las personas beneficiadas con un legado, reciben sólo lo señalado por el testador, puede atribuir a una o varias personas un bien concreto, una casa, una joya, dinero, para eso se hace el legado.
Además el legado puede dejarse a herederos forzosos, sean o no descendientes y también a otras personas o instituciones, eso lo decide la persona cuando va a redactar su testamento.
El testamento es un documento personal, no hay que entregarlo en ningún registro ni oficina y no impide a la persona disponer de sus bienes. Es fundamental para saber a quien va a dejar sus bienes cuando falte, y que se cumpla totalmente su voluntad.
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